El Presidente de la Nación Alberto Fernández se encuentra en intensas negociaciones con los gobernadores de las provincias argentinas para implementar un toque de queda sanitario a nivel nacional que restrinja la circulación. Desde el 10 de diciembre la curva de casos dejó de descender y volvió a tomar un sentido ascendente. Es por ello que tras los más de trece mil casos de ayer el Gobierno Nacional busca tomar medidas para evitar la circulación.
Junto con veinte gobernadores el Presidente conversó y logró consenso para llevar a cabo esta medida que se suspendería la circulación desde la medianoche y hasta las seis de la mañana para todas aquellas personas que no sean trabajadores esenciales o exceptuados. Además las reuniones sociales se reducirán de veinte personas a diez y el transporte público volvería a ser exclusivo para el personal esencial.
Otro tema que quedó sin definición fue el posible cierre de fronteras, aunque todo indica que solamente existirá una diminución en la frecuencia de los vuelos que entran y salen del país, además de exigir testeo PCR para quienes tomen vuelos de cabotaje a nivel nacional.
La mayoría de los gobernadores coincidieron en que los jóvenes son el principal foco de contagio y que muchísimos de ellos resultan ser asintomáticos lo que impide cortar con facilidad la cadena de contagios.
Entre las voces disidentes estuvo el gobernador mendocino Rodolfo Suarez quién pidió libertad para las provincias a la hora de tomar decisiones con respecto a la restricción de la circulación.
Se espera que en los próximos días se anuncien las nuevas medidas que se impulsaran tanto a nivel nacional como a nivel provincial.
