Se conmemoró el Día del Bombero Voluntario
En la jornada de ayer se conmemoró el Día del Bombero Voluntario, como desde hace 137 años, cada 2 de junio se celebra el Día del Bombero Voluntario en homenaje a quienes dedican su vida en riesgo su vida cada día. La fecha elegida como efeméride recuerda un suceso trágico ocurrido en 1884, en el barrio porteño La Boca.
Tomás Liberti organizó una cadena humana para apagar las llamas un edificio del lugar. Luego de apagar el incendio Liberti convocó a un grupo de vecinos crear un cuerpo de bomberos en el barrio de la Boca.
Se esa forma Liberti se convirtió en el Comandante del primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios del país, creado el 2 de junio y cuya sede fue constituida en la calle Brandsen al 567. Su lema era “querer es poder”.
Un decreto del 8 de diciembre de 1860, firmado por el gobernador Ocampo y suscripto por Sarmiento en carácter de ministro, es la primera medida oficial referente a la formación de un cuerpo de bomberos. El Jefe de Policía Rafael Trelles debía poner a disposición del Juzgado de Paz de Barracas al Norte una bomba con sus útiles y luego “organizar una compañía de bomberos de los vecinos idóneos, para que adiestrándose en su manejo, puedan ocurrir a extinguir los incendios que ocurriesen”.
El 25 de agosto de 1870, el barrio de La Boca del Riachuelo se independiza de Barracas al Norte, al crearse la parroquia San Juan Evangelista y el Juzgado de Paz siendo sus límites las calles Defensa, Martín García, Pedro de Mendoza y el Riachuelo.
Mientras tanto los incendios se combatían de manera primitiva, con vecinos voluntarios, sin organización ni experiencia. Aunque la carta orgánica de la Municipalidad de Buenos Aires obligaba a tener servicios contra incendios; el gobierno seguía ignorando la necesidad. Fue desde la repartición policial a cargo de Enrique O’ Gorman, un 2 de enero de 1870 que se destinaron treinta vigilantes para ejercer como bomberos, con lo que se creaba el Cuerpo de Bomberos de la Capital. Una ciudad que encontraba su límite oeste en las calles Castro Barros-Medrano. Una superficie demasiado grande para atender las necesidades de los vecinos.
En 1876 el presidente Nicolás Avellaneda sancionó la primera Ley a nivel nacional de inmigración y colonización. La afluencia inmigratoria creció a ritmo sostenido, transformando la vida social de la Argentina.
La Boca del Riachuelo, que por aquellos tiempos era un suburbio, comenzó a recibir el flujo incesante de inmigrantes, mayormente italianos y de origen humilde, que buscaban progresar en esta nueva patria. El barrio crece y se puebla de conventillos, viviendas construidas a partir de los rezagos de los astilleros de la zona, maderas, chapas, pinturas. Viviendas muy precarias y de fácil combustión. Las calles eran de tierra y el acceso se hacía intransitable en días de lluvia, por lo que el pedido de auxilio y el posterior socorro del cuerpo de bomberos se hacían
En diciembre de 1883 se desató un voraz incendio en Corti y Rivas, un reconocido comercio ubicado cerca de la ribera y en lo que hoy es la avenida Almirante Brown. Las lenguas de fuego salían por las puertas y ventanas del comercio y las llamas se esparcían velozmente amenazando propagarse y extenderse hacía las construcciones vecinas.
Entre el público que estaba mirando emergió un joven de 20 años gritando: “¡Adelante los que se animen, vamos apagar el incendio!” Rápidamente se formó una cadena en la que hombre y mujeres portaban baldes con agua, que se llenaban en el río, para atacar el fuego. Oreste Liberti se había convertido en el improvisado jefe de ese grupo de Bomberos.
Motivados por este suceso, a principios de 1884, Don Tomás Liberti junto a sus hijos Oreste Liberti, Atilio Liberti y un grupo de reconocidos vecinos reunidos en su casa, decidieron organizarse y hallando viable la iniciativa, hicieron circular una invitación escrita en italiano: