Gentrificación en La Boca: rechazo a procesos de desintegración urbana y social

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Vecinos, y organizaciones del barrio de La Boca expresaron su rechazo al proyecto en beneficio de IRSA y en detrimento de la calidad de vida de todos los vecinos y vecinas y del barrio del sur porteño. En una carta enviada a la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura Porteña señalaron su posicionamiento sobre el tema

El escrito presentado en la Legislatura porteña expresa lo siguiente: Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura Porteña:

Los vecinos y vecinas, representantes de organizaciones sociales, políticas y trabajadores de la salud que conformamos La comisión de vivienda y hábitat en  La Boca Resiste y Propone (LBRYP), queremos expresar a los legisladores y legisladoras porteñas, en especial a los integrantes de la comisión de planeamiento urbano, nuestro rechazo al proyecto en beneficio de IRSA y en detrimento de la calidad de vida de todos los vecinos y vecinas de nuestro barrio.

Este proyecto de convenio entre el gobierno porteño y el grupo empresario IRSA Inversiones y Representaciones S.A, del que los ciudadanos no conocemos más que lo que se nos quiere contar, fundado en hipotéticos beneficios, no es más que otro negocio de especulación inmobiliario que aumenta la presión sobre el precio de nuestro suelo, sobre nuestra identidad colectiva, sobre nuestras posibilidades de desarrollo como comunidad.

Nuestro Barrio necesita que la Legislatura trabaje no como un agente gentrificador, sino como los representantes en el recinto de los intereses de los porteños y porteñas en su conjunto, en propuestas y proyectos de urbanismo táctico y de planificación estratégica sin expulsión, mediando para que la asimetría del poder que nos pone en un lugar muy desigual, no nos destruya y nos impulse en igualarnos, tal y como manda nuestra constitución.

IRSA es propietario de esas tierras desde 1997, no vamos a hablar de lo que representó y representa en gran parte de nuestra comunidad, la ex ciudad deportiva de Boca, pero no podemos obviar que los convenios a medida de algunos con bienes de todos y todas, históricamente nos han perjudicado a los mismos, no han podido en estos años aprobar proyectos anteriores porque eran igual de escandalosos que la actual propuesta, con la salvedad de que ahora proponen construir un parque público, en el que nos dejarían habitar si es que logramos permanecer en nuestros barrios Resistiendo la expulsión o si venimos de paseo.

Con claridad decimos que este proyecto desvía el turismo afectando la economía local, encarece nuestro suelo, atenta contra nuestra identidad, sustituye población, impone nuevos hábitos de consumo destruyendo los comercios de proximidad y explota nuestro hábitat peligrando nuestro derecho a la ciudad y al acceso a los recursos de todos y todas.

El sentido común nos indica que excepciones de estas características no pueden avanzar, sin que se consulte a las juntas comunales, consejos consultivos y en lo particular para nuestro barrio hasta que no se cumpla la ley 2240 que nos asume en emergencia ambiental y urbanística (cuestión que debiera tener a esta comisión trabajando sin descanso por una solución), ni el art. 29 de la ley de distrito de las artes que los obliga a evitar los efectos de la expulsión, que mega empresarios de explotación del suelo provocan, muchas veces con nuestro financiamiento directo, en infraestructura o rematando la tierra de los porteños/as y con el voto cómplice de una legislatura amiga y un poder político socio en los negocios.

De avanzar en esta iniciativa, nos veremos en la audiencia pública, situados como opuestos, en la lucha por una ciudad donde quepamos todos y todas, sin olvidar a nadie.

 

 

 

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