La serie documental testimonial argentina, producida por la pastoral villera, estrenó su segunda temporada filmada íntegramente durante el año 2021: a través de 13 capítulos conoceremos las historias de vida de varias personas inmersas en las problemáticas de los barrios más pobres, que deben hacer frente a la actual pandemia en medio de la pobreza y la falta de recursos. Vatican News conversó con Nicolás Cuiñas, Director del programa, quien nos habla sobre el valor de Ser ESENCIAL. Muchas de las escenas fueron filmadas en la villa 21 /24 del barrio de Barracas de la comuna 4.
La primera temporada fue presentada en noviembre de 2020 y Vatican News dio difusión al lanzamiento de la serie documental testimonial “Ser ESENCIAL”, producida especialmente para la Televisión Pública de Argentina por la productora Pastoral Villera.
El pasado domingo 15 de agosto, la serie estrenó su segunda temporada filmada íntegramente durante el año 2021: a través de 13 capítulos retrata momentos específicos de una persona o de un grupo, inmersos en las problemáticas de los barrios y la población de emergencia en el marco de la pandemia Covid-19 y en tiempos de vacunación.
Matute y su historia de conversión
“En esta nueva temporada nos encontramos con 13 historias de personas, que a diferencia de la temporada pasada grabada en un panorama de gran incertidumbre; actualmente ya se han vacunado o están por recibir la vacuna, aunque al mismo tiempo han sufrido la pérdida de un familiar, un ser querido o un vecino”, explica para Vatican News Nicolás Cuiñas, director de “Ser ESENCIAL”, quien cita, en particular, la historia de “Matute”, uno de los protagonistas de la serie que lamentablemente murió de Covid de manera imprevista, unos meses después de haber filmado el programa:
“Matute trabajaba en un hogar de ancianos recuperados que levantaba de la calle en la villa 21 y 24 en el barrio de Barracas, donde él mismo nació y se crió, viviendo allí hasta los 20 años. Tenía una historia de delincuencia y mala fama hasta que entró en contacto con la parroquia de Nuestra Señora de Caacupé, con el padre Pepe Di Paola y todos los curas villeros con los que se redimió y cambió su vida dedicándose a ayudar a los demás”
Convertir las angustias en esperanzas
Asimismo, el director destaca que en esta temporada los protagonistas son las personas más humildes “que entrelazan y reconvierten sus carencias en solidaridad; sus angustias en esperanza”.
Por tanto, una de las misiones de esta iniciativa es dar a conocer los testimonios de quienes luchan sin rendirse ante las dificultades, “dándolo todo”: son historias de pérdidas, de superación, de conversión, “de obras que sufren pero continúan y siguen presentes”, reflejadas en rostros concretos como el de Matute, o también el de Raúl, uno de los residentes del Cottolengo Don Orione en Claypole; o como la vida de Quico con su historia de recuperación en adicciones en el Hogar de Cristo de Gualeguaychú.
