El cuestionado equipo del Negro Ibarra eliminó a Quilmes y es semifinalista de la Copa Argentina, fue 3-2 en un partidazo jugado en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, en semifinales enfrentará a Patronato de Paraná. Con los goles de Benedetto, Morales y Langoni, el “Xeneize” derrotó al Cervecero en Mendoza, Bonetto y Pavone marcaron para el elenco del Sur que dio una dura lucha y tuvo chances de ganar el partido.
En frio casi sin acomodarse en la cancha a los 4 minutos de juego Julián Bonetto tomó una pelota perdida tras un pelotazo y la clavó en un ángulo para poner el 1-0. Boca reacciono rápido y a los 7 el goleador xeneize Dario Benedetto lo empató
Boca atacó en búsqueda del triunfo, pero Quilmes tuvo buenas oportunidades en un par de contras que malogró
A los 33′ Sandez desbordó por izquierda y encontró el ingreso del Toro Morales, quien anotó su primer gol, justo en el día de su debut en primera y no pudo contener la emoción. En el segundo tempo a los 55 minutos otra vez apareció el juvenil Langoni y estiró la ventaja.
Un viejo conocido fue el autor del descuento Mariano Pavone a los 20 del segundo, de allí en mas fue luchado Boca pudo ampliar y Quilmes descontar, pero finalizó asi, el cervecero se despidió con un agridulce, mal por no poder continuar en la competición, pero con la satisfacción de pelear hasta el ultimo minuto ante Boca Juniors.
En cambio, a River no le sale una el equipo del Muñeco Gallardo, empató ante patronato por 2 a 2 y en los penales nuevamente fue derrotado, en la Rioja el equipo de Sava fue “el Patrón” y logro el pase a semifinales donde enfrentará a Boca Juniors.
Luego de un partido en el que el Millonario tuvo más chances que el equipo de Paraná, en el resultado no se pudieron plasmar y fue empate gracias a los goles de Bruno Zucculini y Quinteros para River y Estigarriabia y Herrera para Patronato.
River estuvo en ventaja en el arranque con el gol de Zuculini, luego perdía 2 a 1 con tantos Estigarribia y Herrera y lo empató con un gol olímpico de Juanfer Quintero. Luego, en la definición, el propio Zuculini remató desviado y el arquero Altamirano se convirtió en héroe al detener el remate de Matías Suárez.
