Los campeones del mundo se trasladaban en el micro descapotable de la empresa Plusmar para encontrarse con la gente pero la multitud no permitió culminar el recorrido el centro porteño (durante la mañana debido a lo complejo de la marcha se cambió varias veces de destino y caminos posibles) pero al ingresar en al ciudad de Buenos Aires se abortó el paseo aplicándose una salida inesperada y de emergencia hasta la escuela de cadetes Pirker de la Policía Federal Argentina, ubicada en el barrio de Villa Lugano, donde abordaron helicópteros policiales y de la Prefectura Naval para sobrevolar brevemente la ciudad y volver al predio de Ezeiza.
El micro avanzaba a paso de hombre por Ricchieri hasta que logro supera con mucho trabajo el nudo de Avenida General Paz, ingresando en la Ciudad y proseguir unos metros por Dellepiane allí a la altura de la avenida Argentina bajo de la autopista y agarró Larrazábal hasta el predio policial.
Hubo polémica porque querían seguir, el presidente de la Asociación Argentina de Fútbol (AFA), Claudio “El Chiqui” Tapia, agradeció “a la provincia de Buenos Aires” y al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, por haber acompañado el recorrido de los jugadores de la selección argentina desde el predio de Ezeiza hasta la entrada a la Ciudad de Buenos Aires “sin registrar ningún incidente”.
Minutos antes, Tapia le pidió “mil disculpas” a los millones de personas que en distintos puntos de la zona metropolitana se acercaron para saludar a los jugadores que iban en caravana y no pudieron continuar por el colapso en los puntos de ingreso a la Ciudad.
“No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de todos los jugadores Campeones. Una pena”, escribió “El Chiqui”.
