Balance negativo para el deporte nacional en los Juegos Olímpicos de Paris
Los Juegos Olímpicos de París 2024 finalizaron y llego la hora del balance y volvió a suceder lo mismo que en las últimas ediciones, los resultados no fueron buenos y la cantidad de medallas logradas por la Argentina fueron escasas. Partiendo de la premisa que ganar una presea olímpica no es nada fácil, y que no siempre alcanza con un rendimiento sobresaliente del atleta; el no ser una prioridad como política de Estado, la falta de infraestructura y de apoyo que sufren los deportistas argentinos de alto rendimiento se ve plasmado en los resultados deportivos.
Como siempre actuaciones individuales que sorprenden y se destacan como Pareto, Crismanich y tantos otros, en este caso el ciclista Maligno Torres, se sumaron a los deportes colectivos con trayectoria olímpica como el Hockey o la Vela, por otro lado, no fue buena la performance del futbol, vóley y rugby.
El atletismo, gimnasia y la natación no son deportes apoyados en la argentina, y eso se ve reflejado en la escasez de participantes en los juegos olímpicos, aquí ni siquiera se puede hablar de rendimientos ya que no tuvieron chance de llegar a Paris.
Como afirmó el Ex director nacional de Deportes Osvaldo Arsenio en una nota para Página 12.
Lo de Argentina fue una actuación discreta y previsible, que como de costumbre deja abierto el crédito de nuestro talento deportivo como el principal valor y en el debe instala nuevamente la absoluta falta de rumbo conductivo y una pobrísima inversión, es decir, nada nuevo.
Con ese cóctel negativo se depende solamente de algún destello individual que haga olvidar por un instante las ausencias de Planificación y Estrategia que empiezan a ser la marca distintiva de nuestro Deporte.
Estas carencias son acalladas desde hace mucho tiempo por Gobiernos de distinto signo con el mentiroso latiguillo de: “Hay otras prioridades”.
Las “prioridades” en la sociedad y en el deporte siguen igual, esperando. Llegará entonces la hora del balance de funcionarios, dirigentes y autoridades deportivas pero para eso es necesario que sepan dos cosas decisivas: cómo y qué analizar.
De lo contrario, lamentablemente, se perderá el tiempo con el vendaval de pequeñas histerias que se suelen desatar, el que siempre promete cambios, para que todo siga igual.