Soldati “una jornada llena de juegos, voces y reflexión”

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La agencia AICA informó sobre este particular hecho en una conmovedora jornada desarrollada en la parroquia Cristo Obrero y San Blas, del barrio porteño de Villa Soldati, fue escenario, el pasado sábado 14 de septiembre, del encuentro “No más chicos descartables”, un espacio que busca fortalecer la esperanza y la empatía, con un compromiso firme de trabajar para que cada niño y adolescente tenga las mismas oportunidades de crecimiento y desarrollo integral.

Durante la jornada, se reflexionó sobre el rol de la comunidad y sobre las políticas públicas en la protección y desarrollo de los más jóvenes que se hallan en situación de vulnerabilidad. También, se debatió sobre el impacto de las propuestas que buscan reducir la edad de imputabilidad, así como acerca de la necesidad de generar oportunidades a través de la educación y el deporte.

“Es un día de alegría, es un día de reflexión, de debate, pero sobre todo de propuestas concretas, probadas, posibles”, describió monseñor Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario general de la arquidiócesis.

El prelado explicó que, en el encuentro, “reflexionamos sobre nuestro sistema preventivo, acerca de que los chicos y chicas no estén en la calle, que no terminen en la cárcel los jóvenes, o que en situaciones de violencia puedan perder la vida y terminar en el cementerio”.

Al respecto, planteó: “Nosotros proponemos, desde muy chiquitos, las tres ‘C’ -la capilla, el colegio y el club-, y esto tiene que ver con entender que el castigo y el encierro no es el camino para bajar el nivel de violencia, a la inversa de lo que creemos”.

En ese sentido, sostuvo “que encerrar, como el proyecto de ley del oficialismo presenta, que bajar la edad de punibilidad va a favorecer a que baje la inseguridad o la violencia, eso no es real. Está comprobado que el encierro dispara el nivel de violencia, dispara el nivel de reincidencia y que, en realidad, el camino para pacificar y para abordar los conflictos pasa más bien por crear oportunidades”.

“Celebramos la vida, celebramos los sueños, y le decimos muy claramente ‘no’ a la baja de imputabilidad. Decimos que no es el camino poner a un pibe preso; el camino es ofrecerle una pelota para jugar, un cuaderno para estudiar, un espacio para soñar. Ese es el camino que previene el delito”, consideró.

En ese marco, sugirió que “se pacifican los barrios si generamos oportunidades”, y añadió: “Muchos de estos niños, que vienen con sus infancias muy vulneradas y en una situación muy delicada, son recibidos por jueces y defensores, y creo que tenemos que estar todos en el mismo barco”.

“Creo que lo más importante es la esperanza ya que, frente a un contexto que está difícil, esto nos siembra muchísima esperanza, y nos da la conciencia de que, en un montón de rinconcitos de Buenos Aires y de todo el país, hay acciones comunitarias, hay caminos, hay oportunidades donde se desarrolla la vida, con la esperanza y con la certeza de que podemos escuchar, que tenemos que ser empáticos, que tenemos que estar cerca para poder comprender primero”, expuso.

“Queremos que nuestros chicos y chicas tengan oportunidades, que todos sean iguales en oportunidades para poder crecer, que cada familia tenga una tierra para trabajar, para construir, un techo para abrazar a esa familia. Tierra, techo y trabajo, como la columna vertebral del verdadero desarrollo humano integral”, concluyó.

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