El área de restauración del MBQM funciona como un taller de puertas abiertas, ofreciendo un abordaje integral para piezas patrimoniales pertenecientes a espacios afines, que representan un aporte a la identidad comunitaria de La Boca. Haciéndose eco del legado de Benito Quinquela Martín, el museo incide en el paisaje cultural en el que está inserto, para convertir a cada uno de sus componentes en fragmentos de la memoria colectiva.
Durante sus prolíficos años porteños, Bibí Zogbé supo organizar veladas bohemias que reunían a grandes personalidades, como Benito Quinquela Martín. Con él entabló un lazo de irrenunciable afecto, lo que el filántropo boquense dio en llamar una “amistad espiritual”. Un excepcional autorretrato de Quinquela se contaba entre las pertenencias celosamente cuidadas de Zogbé, donde se lo ve ataviado como un arlequín, escondiendo un amor silencioso tras la máscara de la nostalgia.
El mismo llegó al MBQM en ocasión de la pasada exposición dedicada al artista junto con la Fundación Bibí Zogbé. Contaba con una capa de barniz oxidada y numerosos repintes, incluso en el sector de la firma. El reverso presentaba suciedad generalizada, opacando la dedicatoria, como se aprecia en las imágenes. Las restauradoras del museo removieron los rastros de intervenciones inadecuadas y devolvieron a la imagen su luz original, que permite apreciar la paleta y el trazo del autor en todo su esplendor.
