Esperanza y fe se unen en un nuevo proyecto social en Argentina

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El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, presidió este domingo el emotivo acto inaugural de la Ciudad de la Esperanza papa Francisco, un nuevo centro comunitario ubicado en el barrio de Villa Soldati. Este proyecto solidario, fruto de la colaboración entre la comunidad San Francisco de Asís, los Hogares de Cristo y el presbítero Damián Reynoso, tiene como objetivo brindar contención integral a jóvenes y personas en situación de exclusión social.

La jornada comenzó con una procesión por las calles del barrio, en la que participaron miembros de los Hogares de Cristo, vecinos y voluntarios. En un momento cargado de simbolismo, se llevó a cabo un lavatorio de pies protagonizado por jóvenes, evocando el llamado cristiano al servicio y a la dignificación del prójimo, un gesto que marcó el espíritu de la iniciativa.

Además, se realizó una suelta de globos en homenaje a quienes han perdido la vida a causa de las adicciones, un acto simbólico que busca mantener viva la memoria y renovar el compromiso con la defensa de la vida y la esperanza.

Durante la bendición del nuevo espacio, monseñor García Cuerva elevó una plegaria en la que pidió: “Jesús, te pedimos que bendigas la Ciudad de la Esperanza papa Francisco, que bendigas vos que conocés nuestros corazones, nuestras heridas y nuestras esperanzas». Asimismo, expresó su gratitud hacia todos los que hicieron posible este sueño: «Bendecí a todos los que trabajaron, a todos los que ayudaron para hoy concretar este sueño grande. Te pedimos también que el papa Francisco descanse en paz en el cielo y desde allá nos guíe, entusiasme y nos proteja”.

En la misa que siguió a la inauguración, el arzobispo reflexionó sobre el significado profundo del centro comunitario: «Esta Ciudad de la Esperanza quiere ser un signo de que no nos vamos a acostumbrar a ver a nuestros pibes encadenados, muertos en vida por las adicciones. Queremos desatar esas cadenas, porque no está todo perdido».

Destacó también las propuestas que forman parte del proyecto y que buscan ofrecer caminos de superación para los jóvenes: “La capilla, el colegio y el club también empiezan con C. Son propuestas que nos liberan, que nos devuelven la dignidad. Queremos que cada joven que llegue aquí crea que puede ser protagonista de su vida”.

La ceremonia finalizó con un agradecimiento especial al padre Damián Reynoso y a todos los que se comprometieron con la iniciativa. Monseñor García Cuerva recordó una exhortación del papa Francisco, a quien está dedicado el centro: “Gracias a la familia grande que creyó en este sueño. El papa Francisco nos decía: “¡Sueñen en grande! No se queden en vuelos rastreros ni en el chiquitaje”. Esta ciudad es un reflejo de ese sueño, una muestra de que se puede transformar el dolor en esperanza y las cadenas en libertad”.

La “Ciudad de la Esperanza papa Francisco” se presenta, así como un faro de solidaridad y un espacio de contención para quienes más lo necesitan, reafirmando el compromiso de la comunidad y la Iglesia en la lucha contra la exclusión social y las adicciones.

 

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