Nuevamente el barrio de Villa Lugano es elegido por la industria cinematográfica como escenario para rodar escenas de violencia y marginación en lo que ya es un clásico de la poca imaginación y la estigmatización de una parte de la Ciudad, se vuelve a filmar en territorio de la comuna 8 las mismas escenas ya vistan hasta el hartazgo. En la nueva temporada del serie El Marginal se pude ver al actor Juan Minujin transitando por Lugano 1 y 2 en búsqueda de conseguir “pasaportes truchos”, en un escenario plagado “lugares comunes” representativos de la delincuencia y la marginalidad.
Desde el espacio en las redes “Lugano 1y2 anda diciendo” señalaron: Nuevamente nuestro querido barrio es parte de la escenografía de la ficción. En este caso un producto argento de la pantalla chica, pero de gran distribución por ser parte de una plataforma mundialmente popular como Netflix, dando como resultado un patrón que todos conocemos: pintar a nuestro barrio como un barrio oscuro, turbio, como un barrio “marginal”.
La inspiración de los guionistas y directores pareciera no tener mucha creatividad y terminan cayendo en el mismo cliché: Lugano siempre será ese barrio peligroso, donde el sonido de sirenas de la policía reinan más que el cantar de los pájaros, donde la luz proviene de tachos con fuego, donde se respira miedo y adrenalina.
Escenas vacías, oscuras y sin diálogo, donde pareciera que la intención es que la narrativa se base en el espectador y su propio prejuicio, no tan propio sino sugestionado por los propios directores.
“No hinches las bolas, es ficción”, Puede ser sí. Pero si te imaginas como pueden llegar ser los ovnis, o cómo ruge un dinosaurio, es gracias a ella.
Existe algo más peligroso que la “delincuencia” de nuestro barrio… La subjetividad que se tiene y crea sobre el mismo.
