La cirugía de Doble Switch una operación compleja que se realiza en el Garrahan
En los últimos días el hospital Garrahan esta publicando historia de vidas de pacientes atendidos en el establecimiento de la calle Combate de los Pozos en el barrio porteño de Parque Patricios, en la comuna 4 de la ciudad de Buenos Aires.
En este caso se trata de Cristian quien llegó al Hospital con el diagnóstico de transposición corregida congénitamente de las grandes arterias (ccTGA), una enfermedad en la que los ventrículos del corazón se invierten. La padece uno de cada 30 mil recién nacidos y, a nivel público, el Garrahan es el único centro que realiza el tratamiento. En julio del 2020, cuando Cristian tenía tan solo 40 días de vida, detectaron que algo en su corazón no iba bien. No se estaba alimentando lo suficiente y su peso era inferior al adecuado. Había comenzado con los síntomas provocados por una cardiopatía.
En los centros de salud de su Olavarría natal consideraron que lo mejor era derivarlo a Buenos Aires. Comenzó una etapa de viajes, hospitales y cambios en la familia. Los hermanos de Cristian, de siete y diez años, aún no eran lo suficientemente grandes para entender por qué empezaban a pasar tanto tiempo sin su papá Franco y su mamá Johanna.
En septiembre del año pasado, luego de ser atendido en el Hospital Sor María Ludovica de La Plata, llegó al Garrahan. Su corazón tenía que dar más batallas. Comenzaba un camino que llegaría al quirófano en enero del año siguiente.
La ccTGA es un defecto cardíaco poco frecuente en el que ambos ventrículos del corazón, que son las cámaras de bombeo, se invierten. Al invertirse también las arterias, el corazón “corrige” el desarrollo anormal. Sin embargo, es una malformación compleja en la que el corazón está lejos de ser normal.
En un corazón sano, el ventrículo izquierdo –que cuenta con más fuerza que el derecho–, envía sangre a todo el cuerpo y el derecho bombea sangre a poca distancia, a los pulmones.
Al torcerse anormalmente el corazón e invertirse los ventrículos, la cámara de bombeo más fuerte se ocupa de los pulmones y, el derecho, que no está preparado para trabajar tanto, tiene la misión de bombear sangre a todo el cuerpo. Si esta anomalía no se trata a tiempo, las consecuencias son graves.
Pablo García Delucis es el jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular, Trasplante Cardíaco y Vascular Periférico, y fue quien encabezó el equipo de profesionales que operó a Cristian. “El tratamiento de estos pacientes consiste en la corrección anatómica”, sostuvo, refiriéndose a la cirugía de Doble Switch.
Además, explicó: “Se realiza un intercambio de los retornos venosos a nivel auricular y un intercambio de las arterias a nivel arterial. Esto hace que el ventrículo izquierdo pueda mantener la circulación sistémica –la de mayor presión–, ya que es el anatómico y embriológicamente preparado para ese funcionamiento. Así el ventrículo izquierdo funciona como el que todas las personas tienen del lado izquierdo y los pacientes pueden tener una sobrevida y calidad de vida excelente prolongada en el tiempo”.
El procedimiento de Cristian comenzó antes de las 9 de la mañana y, cerca de las 16, les dijeron a Johanna y Franco que todo había salido bien. La cirugía correctora anatómica de doble switch para dejar el ventrículo izquierdo en posición sistémica duró casi 8 horas.
Mientras tanto, a Johanna y Franco les faltó caminar por las paredes. La abuela materna y los tíos, que viven en Quilmes y prestaron su hogar durante todo el período prequirúrgico, acompañaron las casi 8 horas para que el tiempo pase lo más rápido posible.
“Nos sentimos acompañados por médicos, enfermeros y nuestra familia. Nos daban fuerza y aliento”, expresó Johanna mientras preparaba la mamadera para su bebé en la sala de internación. “Esas 8 horas fueron muy largas. Por momentos tuve miedo”, agregó.
“Los médicos te dicen de entrada todo lo que puede pasar. Lo malo y lo bueno. Antes de la cirugía se ocuparon de evacuar todas las dudas que teníamos. No busqué información por otros lados. Eso confunde, podés encontrar cualquier cosa. Los médicos del Garrahan fueron claros y tuvieron siempre paciencia al explicar hasta el último detalle y responder cada pregunta. Puse a mi hijo en sus manos y hoy Cristian está bien”, celebró Johanna.
Ella pasó varios días en la UCI 35, sala donde internaron a Cristian luego del procedimiento. Descansaba en la sala de padres, un lugar dentro del Hospital donde mamás y papás, en diferentes sectores, pueden dormir, ducharse, comer y despejarse un poco mientras sus hijas e hijos están internados. “Estuve bien, cómoda. Y eso es importante para acompañar durante todo el proceso del bebé”, destacó.
Por estos días, Cristian y Johanna emprenden su regreso a Olavarría. Con el paso de los días, su mamá ve con más claridad la gravedad del procedimiento y los riesgos que su hijo corrió. Johanna valora mucho más el día a día con él y sostiene que empezará a caminar y hablar cuando sea el momento. “Cualquier cosa que quiera hacer en su vida, lo voy a acompañar. No le voy a impedir nada, ni a él ni a sus hermanos. Esto me enseñó que, después de lo que pasamos, todo lo demás no es importante”, cerró.