El Tribunal Oral número 29, integrado por los jueces Hugo Navarro, Gustavo Goerner y Juan María Ramos Padilla, dictó la condena por el delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de ascendiente de la víctima, reiterado en al menos cuatro oportunidades —en concurso real entre sí— y promoción a la corrupción de menores agravado por ser progenitor de la joven”.
De esta forma un hombre de nacionalidad boliviana de 35 años fue condenado a 30 años de prisión por haber violado a su propia hija, a quien dejó embarazada a los 16 años y sufrió un aborto espontáneo cuando cursaba 16 semanas de gestación.
El condenado, cuya identidad permanecerá en reserva para preservar la intimidad de la víctima, violó dos veces a su hija entre mayo y junio de 2020 en el interior de la vivienda situada en el barrio porteño de Villa Lugano, donde la niña vivía con su madre y sus dos hermanas, de diez años y seis meses.
La crónica del hecho relata que el violador aprovechó la ausencia de la madre para violar a su hija en una habitación de la planta alta de la vivienda.
Episodios similares se habían producido en otras dos oportunidades, en el año 2019, según consta en el expediente.
Toda la situación saltó a la luz cuando la niña manifestó dolores abdominales por los que fue trasladada a un nosocomio, donde se comprobó su embarazo y su posterior aborto espontáneo incompleto, por lo que fue necesario “el raspado uterino evacuador (legrado)”.
Finalmente, la niña expresó que su embarazo era por la violación de su padre.
