La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires rindió homenaje este lunes a Mateo Romeo, reconocido militante del Partido Justicialista y referente indiscutido de los barrios de Mataderos, Liniers y Parque Avellaneda. La ceremonia, que contó con la presencia de familiares, amigos, vecinos y autoridades, se realizó en la intersección del boulevard de Av. De los Corrales y Av. Lisandro de la Torre, frente al emblemático monumento a El Resero, espacio de profundo significado para la comunidad.
La placa, que fue colocada en ese sitio estratégico, recuerda:
“MATEO ROMEO (1947 – 2024) Desde aquí desarrolló su acción política como militante, dirigente y diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aquí forjó un vínculo indestructible con los vecinos y vecinas de Mataderos, Liniers y Parque Avellaneda.”
El reconocimiento fue impulsado por la Legisladora Claudia Neira y aprobado el pasado 16 de mayo, poco después del fallecimiento de Romeo, ocurrido el 22 de marzo de este año. Durante el acto, su hija Analía recibió un diploma conmemorativo en nombre de la familia.
Mateo Romeo nació en 1947 y dedicó su vida al servicio público y la militancia social. Fue electo diputado porteño en 2011, director de AUSA entre 2016 y 2024, miembro del Directorio del Banco Ciudad y asesor de la Jefatura de Gabinete de la Nación. Además, ocupó cargos como consejero vecinal y director del CGP N° 9, abarcando los barrios donde desarrolló su vida y su labor política.
Su compromiso trascendió la política partidaria: integró la cooperadora del Hospital Santojanni y fue reconocido por su ayuda constante a los vecinos, encarnando los valores solidarios del peronismo.
En los fundamentos del proyecto, la legisladora Neira recordó una anécdota de la juventud de Romeo:
“Solía contar que la primera vez que escuchó la Marcha Peronista tenía quince años, estaba de camino a comprar una torta por el cumpleaños de su primo y se topó con una unidad básica. Ese día volvió muy tarde a su casa y sin torta, pero enamorado de los muchachos peronistas.”
El acto y la placa buscan perpetuar la memoria de un dirigente que dejó huella en la vida política y social de la Ciudad, y que supo construir lazos indestructibles con su comunidad.
