La temperatura empieza a subir en la ciudad, la intensidad de este calor no puede dejar de acompañarse con un buen álbum para utilizarlo como apego, así que comienzo a pecar desde temprano desde dos perspectivas: caer en el cliché y, como beatlemaníaca, recomendar a los Rolling Stones.
Ecléctico, vital y sin perder el tan característico swing de los Rolling, Tattoo You (1981) ha impactado en la historia de la música y es considerado uno de los últimos álbumes clásicos de la banda. Las influencias bajo las cuales fue llevado a cabo son múltiples, pero mantiene vigente la esencia dinámica que confluye en los álbumes previos, incluso podría decir que iguala a uno de mis preferidos, el lanzado tres años antes, Some Girls. Cuenta la leyenda que la fórmula Jagger-Richards estaba atravesando una crisis creativa, por lo cual, la mayoría de las canciones surgen de recortes de grabaciones anteriores; frente a esto me permito agregar un comentario: ojalá mis borradores y desechos pudieran reciclarse para crear semejante excelencia. Retoques bluseros, baladezcos, la mezcla de Bob Clearmountain explota en su inicio con el famoso Start Me Up, no obstante, personalmente el riff de Slave me seduce sin compasión y Heaven eleva mi espíritu a un plano superior.
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