Tradicional heladería vuelve a abrir un local en Barracas
Se trata de la heladería El Piave, que llega a la esquina de Avda. Montes de Oca y Olavarría, la tradicional heladería artesanal vuelve a compartir con la gente del barrio sus cremas heladas, tanto de los sabores clásicos de siempre, como de los más contemporáneos que atraen a las nuevas generaciones.
Remodelada ofreciendo a grandes y chicos disfrutar de “Il Vero Gelato Italiano” con una ambientación novedosa, moderna y espaciosa, la tradicional heladería de Av. Montes de Oca y Olavarría vuelve así a estar presente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en uno de los barrios donde más fanáticos ha sabido reunir a fuerza de ofrecer unos de los mejores helados artesanales del país.
A poco de cumplir los 70 años de la apertura de su primer local en Wilde, la familia Bortolot anuncia el ansiado regreso de El Piave al barrio de Barracas. La historia indica que en 1948, a bordo de un barco de inmigrantes y cargando poco más que algunas recetas de aquellos helados, el nonno Angelo Bortolot emprendía la cruzada de aquella Europa de postguerra hacia las tierras prometidas de la Argentina, junto a la nonna Teresa y a sus cuatro hijos, Tino, Anna, Federico y Nello. Mar del Plata sería el lugar elegido para retomar el camino de Celeste y empezar a vender helados con un carrito durante sus largos veranos, un nuevo comienzo que les permitiría algunos años más tarde, en 1955, abrir con mucho orgullo su primera heladería propia en la localidad de Wilde, bajo la marca El Piave.
En la tradicional esquina del sur porteño, avenida Montes de Oca y Olavarría, en pleno corazón del barrio de Barracas El Piave propone descubrir y disfrutar de sus exquisitos helados, con más de 78 sabores y también compartir de diversas propuestas de cafetería y repostería artesanal.
Sandra Bortolot, maestra heladera y miembro de la 3ra generación en Argentina de Familia Bortolot expresa: “Para El Piave es muy importante reabrir este local después de 26 años de su inauguración, todo un desafío como empresa y con un valor afectivo muy grande. Esta sucursal de Barracas forma parte de nuestra historia y de la historia de cada cliente que disfruta nuestros helados y que ha compartido gratos momentos con amigos y familia. Es continuar con el amor y la dedicación a este oficio de ser heladeros, así como lo hizo y nos guió siempre Federico Bortolot”.