La primera empresa farmacéutica recuperada por sus trabajadores esta en Villa Lugano

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Una de las sedes de Farmacoop está ubicada en el barrio porteño de Villa Lugano, sobre su puerta principal, en letras grandes y algo despintadas se lee “Roux Ocefa”, antiguo nombre de los primeros laboratorios del mundo recuperados por sus trabajadores. Al ingresar al edificio, ya no hay nada que identifique la vieja nominación de la empresa.

Un gran patio principal conecta todas las áreas: de tecnología médica, de productos cosméticos e higiene personal y de logística de medicamentos. Sobre la mesa de reuniones se dejan ver artículos de su producción: un test de covid, un alcohol al 70% y en gel, y una crema hidratante.

Nos dirigimos al área donde se fabrican los test rápidos serológicos, antes de ingresar fue necesario ajustarse a un riguroso protocolo, nos colocamos camisa, barbijo, cofia y botas, todos blancos y descartables, con la intención de no contaminar nada del proceso de fabricación. Allí, Bruno Di Mauro, presidente de Farmacoop, relata cómo fue el proceso en el que se convirtieron en sus administradores, narra los detalles con precisión porque es quien sobrevuela todas las áreas de la empresa, no sólo hoy ocupa un lugar de mucha responsabilidad, sino que fue uno de los primeros en comenzar la lucha por los puestos de trabajo.

“Fue en el 2016 cuando empieza un proceso de vaciamiento de los antiguos laboratorios que incluyó atraso en el pago de los salarios, falta de aportes patronales, deuda social, un momento de mucha incertidumbre y angustia por parte de los trabajadores”, afirma Bruno.

Luchar por recuperar la empresa no fue una tarea fácil, requirió días y noches enteras de ocupación del lugar, sin dormir, sin dinero y sin saber qué iba a pasar. Muchos abandonaron, por cansancio o falta de confianza.

 

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