El clásico en el Monumental se definió en el descuento con un gol de penal de Miguel Borja y en los festejos de la apertura del score se generó una gresca de enormes proporciones que derivó en siete expulsados, en una noche marcada por la tensión, el mal juego el pésimo desempeño del árbitro.
Los grandes del futbol argentino ayer por la tarde descubrieron, lo que los demás clubes ya sabían desde hace tiempo que Darío Herrera, como tantos árbitros de la liga profesional “un desastre”, en el Monumental mostró su escaso talento, su falta timing y su soberbia.
El arbitro se quiso convertir en protagonista y lo logró, pero de la peor forma, con una pésima actuación, en un nuevo superclásico de escaso vuelo futbolístico y abundante juego brusco.
El partido se iba, el juvenil Barco de mal partido había sido reemplazado por Sandez, quien con su habitual torpeza pateo a Solari dentro del área, el arbitro no dudo, penal, hubo protestas, pero Herrera no fue al VAR. la falta con gran tranquilidad el colombiano Borja la cambio por gol.
Mientras el delantero se colocaba una casaca con un mensaje religioso y festejaba en otro sector Agustín Palavecino le gritaba el gol en la cara a los jugadores de Boca, allí estallaría el escándalo, a partide ese momento paso de todo, piñas, empujones, insultos entre jugadores y cuerpos técnicos, una vergüenza.
El local siempre fue más y buscó más el triunfo (que mereció) ante un Boca que esperaba retrasado una contra que le permitiera marcar en alguna escapada ante los lentos defensores de River, en un mezquino planteo de Jorge Almirón. en primer tiempo se fue con un Herrera revoleando tarjetas y muy poco volumen de juego en ambos equipos.
En el segundo el Millonario salió más decidido a pelear por los tres puntos, mientras que el Xeneize solo esperaba un contragolpe salvador, si se iba el partido con jugadas polémicas sobre foules y supuestas amarillas que en el primer tiempo aparecieron muy rápidas y en el segundo no llegaban. Solo unas pocas jugadas como las de River que no podían ante un sólido Chiquito Romero.
El resultado del enfrentamiento fue la expulsión de seis jugadores Palavecino que encendió la mecha, en una actitud reprochable pero no más grave que lo que tuviera Benedetto ante Montiel en la recordada final de Madrid, el arquero suplente de River Ezequiel Centurión y Elias Gómez que también estaba como suplente, en Boca fueron expulsados Miguel Merentiel, Nicolas Valentini, Equi Fernández y el Dt Jorge Almirón.
