El Gobierno de la ciudad cerró definitivamente el jardín maternal que compartían el Colegio N°11 Hipólito Yrigoyen y la Escuela de Comercio N°1 Joaquín V. González, para hijos e hijas de estudiantes de ambas escuelas.
El Gobierno argumentó para su cierre que el Jardín no está en condiciones de infraestructura para albergar a las infancias. Como sabemos, es el propio Ministerio de Educación el que en todo caso debería garantizar las obras para que la escuela esté en condiciones. Pero claramente esto es una excusa. El intento de cierre del Jardín ya viene desde hace dos años, de la mano de una política de ajuste y cierre de los espacios de primera infancia en general y de las escuelas nocturnas en particular.
Desde el ministerio de educación también se señaló que la cartera que conduce Mercedes Miguel justificó la medida con el argumento de las cifras de “baja natalidad en el distrito”, para llevar adelante la clausura de la institución educativa.
Si bien esta información es real, el cierre de una escuela pública en la Ciudad no solo afecta a las familias que viven en este terruño, en especial complica la situación de millones de personas que trabajan a diario en la Ciudad y que necesitan irremediablemente que sus hijos estudien en una escuela ubicada en las cercanías de sus trabajos.
Sebastián Hereñú Legna, delegado de Ademys de la Escuela de Comercio N°1, explicó “Es un jardín que funcionaba desde el año 2014 y que se logró tras varios años de lucha, de presentaciones ante el Ministerio, de juntadas de firmas, de reclamos; porque en el turno noche nuestra escuela, como sucede en otras, tiene una población de alumnas madres y alumnos padres históricos, en la cual estudian adolescentes y personas adultas también”.
