El dólar por las nubes no para de subir

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En un jornada en que se batieron records y no de los que le interesen y beneficien a la población, los casos de Covid supera  los 42.000 y el dólar tocó su máxima cotización con 206 para la compra, 209 para la venta en un City porteña tan caliente como el tiempo.

El precio del dólar libre de la divisa estadounidense subió tres pesos ayer miércoles,  alcanzando un nuevo valor máximo histórico nominal, por encima de los valores del pasado 11 de noviembre.

El denominado dólar blue aumentó $3 este miércoles 29 de diciembre de 2021, y alcanzó un nuevo récord nominal histórico de $209, según un relevamiento del diario Ámbito en el Mercado Negro de Divisas. Ahora la brecha con el oficial se estiró al 103,6%, máximo en un mes y medio. El dólar informal había trepado el martes otros $2,50. De este modo, en las últimas cinco jornadas, el dólar paralelo acumuló un alza de $10.

Mientras tanto las voces de los especialistas señalaron lo siguiente Walter Morales, presidente de Wise, dijo a este medio que si el Gobierno llega a un punto en común con la institución que conduce Kristalina Georgieva, el dólar blue culminará el año que viene entre los $245 y los $255.

Por su parte, Juan José Vásquez, Jefe de Estrategia de Cohen, alertó una cotización más cercana a $300 si no se llega a un acuerdo, teniendo en cuenta que la inflación anual esperada según el REM es de 52%.

Según Infobae las causa de la suba están dadas por una variedad de factores que explican esta tendencia que cobró la divisa en el mercado paralelo, de los que pueden destacarse cuatro:

1) Demanda estacional. A comienzos de diciembre se impuso la necesidad de pesos, puesto que empresas y particulares debieron afrontar los gastos propios de fin de año. Pagos de salarios, bonos y el medio aguinaldo llevó a la liquidación de divisas para hacerse de pesos. Pero ahora ese flujo se revirtió.

De cara al inicio de 2022, hay quienes prefieren dolarizar sus excedentes de pesos, ya sea como ahorro y precaución ante una aceleración inflacionaria (cobertura) o con miras a las vacaciones de verano en el caso de quienes planean viajar al exterior. Incluso muchos alquileres en los destinos turísticos domésticos son pactados en dólares, ante la falta de referencia de precios en pesos.

2) Escasa oferta. Como es natural en el reducido mercado paralelo, cuando el billete verde emprende un sendero alcista y no está claro el horizonte que puede tomar dicha alza, el número de vendedores disminuye. “Sube el dólar pese a que faltan los pesos, pero la oferta (de divisas) es mínima y esto se traduce en un mercado muy reducido”, explicó a Reuters una fuente del sistema cambiario.

La brecha cambiaria alcanza ahora el 103%, pero sigue lejos del 150% registrado el 23 de octubre del año pasado

La brecha con el tipo de cambio oficial -con un dólar mayorista en los $102,68- trepaba al 103,5%, lo que complica aún más a la tradicional informalidad en transacciones económicas que caracteriza a la economía argentina.

3) Retraso respecto de la inflación. El dólar libre viene rezagado respecto del índice general de precios, en torno al 50% anual, por unos 24 puntos. Que esta diferencia tienda a recortarse es parte de una dinámica previsible.

Si se observa el crecimiento de la circulación monetaria -que impulsa la inflación- desde que se instauró un rígido “cepo” cambiario con tope de USD 200 mensual para la demanda privada, hace 26 meses, los precios presentes del “blue” encajan dentro de esta norma.

4) Escasas reservas. Los activos internacionales del Banco Central están puestos a prueba, ante la ausencia de crédito externo, pues con esas divisas en poder de la entidad hay que cumplir con el pago de deuda que no puede ser refinanciada, mientras se negocia un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, hoy el principal acreedor del Estado argentino.

En otra mala noticia d fin de año ayer el INDEC informó que en 2021 los salarios siguen por detrás de la inflación

En los últimos doce meses, el índice mostró una suba promedio del 51,2%, producto de una suba del 52,8% en los ingresos de los trabajadores privados, del 56,7% en los empleados públicos, y del 38,4% en los ingresos de los “trabajadores en negro”.

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