El verano pide diversión, festejo y esparcimiento, pero parece que no son pocos los que no comprenden que la actual pandemia exige evitar este tipo de actividades. La llegada de uso primeros días de calor comenzó a marcar una tendencia que se fue incrementalmente, “la relajación en los cuidados por el coronavirus” y consecuentemente al aumento de contagios. Primero fue en las plazas porteñas, luego en quintas, en la playa y en locales cerrados, ahora se suman las fiesta clandestinas de la villa 21/24 de Barracas
Los encuentros comenzaron en la esquina de Luna y California y de allí se fueron multiplicando. Además en no pocas ocasiones los festejos fueron acompañados de hechos delictivos como arrebatos y hasta robos a mano armada. En un marco de toma del espacio público, y bajo un clima de compartir el espacio y supuesto “festejo” de producen a diario robos piraña y ataques a camiones en una zona que la violencia se incrementa. Según contaron a este medio, vecinos del barrio, lo robado va destinado a solventar los gastos de las fiestas clandestinas
