En un partido emocionante y con un arbitraje como a lo largo de todo el torneo, este domingo argentina cayó ante el ahora séxtuple campeón Brasil, un gran equipo que lo derrotó 2 a 1. La actual subcampeona del mundo dejo todo en la cancha, pero no alcanzo ante la enorme figura del arquero Willian de Brasil.
Brasil inteligente y fue superior a Argentina en el primer tiempo donde no falló en la definición, y se fue al descanso 2-0 arriba. El equipo de Matías Lucuix cayó contra la Verdeamarela y hubo polémica por el arbitraje.
El clásico sudamericano se disputó en el Humo Arena de la ciudad de Taskent, Uzbekistán, con capacidad para 12.500 espectadores. Este fue el sexto título mundial para Brasil, que ya se había consagrado en Países Bajos 1989, Hong Kong 1992, España 1996, Brasil 2008 y Tailandia 2012. En tanto que, el elenco albiceleste, que se había consagrado en Colombia 2016 –venció 5-4 a Rusia–, volvió a ser subcampeón como en Lituania 2021, cuando había caído frente a Portugal por idéntico marcador.
Si bien Brasil tuvo oportunidades, Argentina tuvo más y mejores pero chocó con Willian. Brasil se puso en ventaja con tras un tiro libre desde el sector izquierdo ofensivo ejecutado por Marcenio que remató al segundo palo y Ferrao le ganó la espalda a Sebastián Corso para empujar la pelota con el arco a su merced y decretar el 1-0. A los 12 minutos y medio, Brasil llegó al segundo tanto. Marcel armó una gran jugada con gambeta incluida desde el sector derecho y abrió el juego para Felipe Valeiro, quien controló y remató. Nicolás Sarmiento parecía que podía contener el disparo pero, tras dar rebote, la jugada se transformó en una carambola con Rafael, que convirtió tras una choque con la rodilla.
En el segundo tiempo el dominio fue todo de la Argentina, que no le dio respiro a Brasil. En total, remató 34 veces (terminó con 61 tiros) y tuvo 13 disparos al arco. Willian, el arquero brasileño, se convirtió en la figura y evitó todas las opciones de la selección argentina. El descuento llegó a dos minutos del final a través de Matías Rosa, que ejercía de arquero-jugador, ya que la selección apostaba todo lo que le quedaba. Con este resultado, el conjunto nacional cayó por segunda vez consecutiva en una final del mundo: en 2021, fue ante Portugal.
