Madonna volvió a donde pertenece: los clubes de baile
La Reina del Pop hizo una presentación sorpresiva en un club nocturno de Nueva York, por primera vez desde que comenzó la pandemia, y recaudó fondos para las comunidades LGBT.
Desde hacía más de un año que la cantante no se presentaba en público frente a una audiencia. La última vez que lo hizo fue en marzo de 2020 en el teatro parisino “Le Grand Rex”, donde concluyó su “Madame X Tour” —la gira que acompañó su decimocuarto trabajo de estudio “Madame X” (2019). La gira tuvo que ser suspendida a tres fechas de su pactado final, debido a las primeras restricciones implementadas por el gobierno francés a causa de la pandemia del COVID-19.
En el marco de las primeras flexibilizaciones sociales debido a la incipiente recuperación gracias a la vacunación mundial, y con motivo de la celebración del mes del orgullo LGBT, quien mejor que La Ciccone —una histórica aliada y defensora de esta comunidad— para celebrar y conmemorar la Revuelta de Stonewall. Aunque no es la primera vez que lo hace: en 2019 la artista realizó una pequeña actuación en el propio Stonewall —para celebrar el aniversario número 50 de aquel 28 de junio de 1969— y posteriormente un espectáculo en el festival Pride Island.
El pasado jueves, en un especial evento con la presencia de distintas personalidades de la comunidad LGBT —entre los que se contaban Adam Lambert, Kaytranad, Aquaria y otros— Madonna hizo su aparición en el Boom Boom Room Club del Standard Hotel pasada la media noche interpretando su clásico “Hung Up” y “I Don’t Search I Find“, el track house por excelencia de su último álbum.
A su vez, estrenó un pequeño film titulado “No Fear, Courage, Resist” (Sin miedo, coraje, resistir) que se proyectó tanto en el boliche como en Time Square. Dicho trabajo fue hecho en colaboración con los fotógrafos y realizadores Ricardo Gomes y Sasha Kasiuha. De esta filmación se tomaron fotografías polaroids que fueron subastadas en dicha noche, a beneficio de la comunidad LGBT. La recaudación llegó a la cifra de cien mil dólares.
Una vez concluida la presentación, la artista bailó con los concurrentes y confirmó que sigue siendo la Reina de las pistas de baile. Lo que además representa su esencia y su origen: en los clubes bailables underground de la Nueva York de finales de los años 70 e inicios de los 80, la cantautora se formó y comenzó su carrera de artista. Ciudad que le hizo conocer la miseria, pero también la gloria. Y esta actuación no fue llevada a cabo vanamente en cualquier lugar, sino un boliche dedicado a la comunidad LGBT. Como dijo la intérprete en una entrevista: “La primera vez que fui a un boliche gay se sintió como un hogar para mí”.
Con su aparición, quedó inaugurada definitivamente la vuelta de la nocturnidad de la ciudad de Nueva York.